El tren de la esperanza…

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Por Óscar Tamez

Por cierto…
Redefinen la ruta del llamado tren Maya, el cambio permite ahorros multimillonarios y mantiene el objetivo de impulsar la economía en una de las zonas más pobres del país.
Vaya, desde la comodidad de las urbes, muchos fifís se desgarran las vestiduras por el impacto ecológico, sin embargo, hablan desde la comodidad del clima artificial y una vida de concreto; desconocen el interés de los habitantes en la zona, la urgencia por detonar empleos y riqueza de esa que aportan los turistas.
Para los ambientalistas de banqueta, sería prudente que empiecen por sembrar árboles en sus viviendas, quitar el concreto de los patios en sus hogares y reforestar plazas.
Exigir con la misma vehemencia se detenga la depredación de cerros y bosques en zonas como el parque Cumbres en NL.
¡Digo, mucho golpe de pecho con la pobreza ajena!
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