¿Quién le llora a El Bronco?
Por Rodin
Por lo pronto… la política y la popularidad van enlazadas, es decir, van de la mano.
En el caso del Gobernador Jaime Rodríguez, su estrella se apagó desde hace tiempo y salvo los fieles empleados, bien pagados, que tenga El Bronco y los directivos trajeados del Parque Fundidora, no creo que nadie más se lamente de que el gobernador se marche al finalizar este mes, cuando termina su mandato de 6 años.
Jaime Rodríguez Calderón se va al ostracismo como decían en la antigua Grecia, al destierro, pues.
En medio de su ineficiencia para resolver los grandes problemas del estado y ante la falta de garantías que dieran certeza al ciudadano común de que en su Gobierno no hubo corrupción, ya que durante su gobierno la corrupción queda asentada periodísticamente y comentada socialmente, falta ser juzgada por las autoridades de la materia.
Quizás si quisiera el gobernador entrante Samuel García, podría impulsar una auténtica auditoría a las finanzas públicas y programas asistenciales.
Como bien sabemos, la transición no es propiamente una auditoría, es solo el conocimiento del estado que guarda actualmente la administración pública de este sexenio, por lo que para bien del gobernador mismo, de sus funcionarios y de la población en general, urge se nos diga la verdad.
Así que no se vaya, que los leones andan hambrientos.
Por lo pronto, Juan el destinado, nos ofrece el poema. Qué difícil es llorar en silencio, sin dedicatoria alguna o quizás sí.
Que difícil es llorar en el inmenso mundo del silencio, donde tus lágrimas mudas se pierden en el universo eterno de la nada, esa nada tan hermosa, unas veces, pero tan cruel, en otras.
Que difícil es llorar en el silencio cuando tu llanto desgarrador te destroza por dentro y tus gritos de agonía se hacen sordos ante los abismos tan profundos de aquellos que no quieren escucharte, y te responden con…silencio.