Los Reyes Presidenciales…

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La Talacha

Por Francisco Cuellar Cardona

En los tiempos pasados, una visita presidencial a provincia, era una fiesta gigante, en donde los anfitriones, en este caso, los gobernadores, echaban la casa por la ventana y los eventos faraónicos para rendirle honores al “Rey Presidencial”, eran inolvidables.

Estas visitas, además de repartir confeti por parte de los Presidentes a los poderes locales, los convertían en auténticos “santa closos”, pues llegaban cargados de regalos y con los morrales llenos de dinero para lo que pidieran los gobernadores. La chequera la traían abierta y no había miserias presupuestales; se anunciaban obras de a montón, aunque muchas no se hacían, y todo lo que pedían se daban en abundancia.

La foto que aparecía en las portadas de todos los periódicos y los titulares en los noticieros, eran las clásicas del Presidente y del gobernador fundidos en un abrazo y sonrientes, “mi amigo el gobernador fulano de tal…”, se destacaba en los boletines sonrientes de las oficinas de comunicación social. Las malas noticias desaparecían; todo estaba en santo orden; no había reclamos ni protestas, y los que se detectaban a tiempo, se silenciaban a rajatabla. La gente estaba feliz con sus gobiernos. Todos vivíamos en un mundo impecable y color de rosa.

Así fue con los gobiernos del pasado, hasta que despertó el México bárbaro, el México de ahora, donde todo es irreverencia, donde las disciplinas no valen y las voces se desgarran gritando justicia. Ahora se vive en el México de los reclamos, donde se pide todo, pero también se niega todo porque no hay. La sumisión y veneración hacia el “Rey Presidencial” es cosa del pasado que no volverá jamás.

En esta realidad convulsiva se anuncia la visita del Presidente Andrés Manuel López Obrador al noreste mexicano: San Luis Potosí, Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas; San Luis, Saltillo, Monterrey y Reynosa, es la ruta. La venida del mandatario está programada para la segunda semana de agosto, y se da en un marco de tensión, en donde su relación con los gobernadores no es del todo buena, pues está región noreste del país es donde surgió la primera rebelión de gobernadores contra la sordera de la Federación y que hoy está convertida en el único bloque y contrapeso al Presidente.

Por eso este jueves, apenas el Presidente anunció su visita al noreste mexicano, en las oficinas de los gobernadores, donde aun no conocen la agenda, se preguntaron: ¿a qué viene?, ¿trae dinero y solución a los problemas que se le han planteado?, ¿o viene hacer política para el 2021?. Esta visita, aunque por todos era esperada, despierta más dudas que satisfacciones.

Tanto AMLO, los gobernadores y la población saben que la realidad que vive el país es otra; ya no hay más pleitesía ni sumisión para nadie, tampoco hay chequeras abiertas ni morrales de dinero para repartir, menos la armonía política donde el reparto del confeti era mutuo.

El discurso y las narrativas son diferentes, por eso se exigen resultados y soluciones de gobierno. La demagogia, y las apariencias ya no engañan a nadie.

Si AMLO viene al noreste, sabe cuales son los problemas de la región y por tanto está obligado a traer buenas noticias y soluciones. Los mandos locales también deben estar abiertos a la autocrítica y admitir en que han fallado. Son tiempos de empatar agendas y dejar hasta donde se puedan las discrepancias. Son otros tiempos en donde la forma y el fondo, son las soluciones a los problemas de la gente.

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