La batalla no está perdida. Sufragio efectivo, no reelección

Por lo pronto

Por Rodin

El viernes pasado en Mexicali, el  gobernador electo, Jaime Bonilla Valdez, asumió la Gubernatura de Baja California, posteriormente declararía a los medios de comunicación que si su periodo se estableciera en 5 años se sometería a la revocación de mandato, el pueblo pone y el pueblo quita, imitando con ello al presidente López Obrador.
En representación del presidente acudió a la toma de protesta la ministra de gobernación Olga Sánchez Cordero, quien dijo que los 5 años de gobierno hoy son legales, aunque la Suprema Corte de Justicia de la Nación deberá pronunciarse. Añadió que es legal porque el Congreso local de Baja California emitió una norma y estaba facultado para emitirla.
Como se recordara La “Ley Bonilla” es la modificación al transitorio que fijó un plazo de 2  años de la gubernatura electa en 2019, para empatar el calendario local con el federal, como lo estipula la Constitución Federal.
El 2 de octubre, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), confirmó que Jaime Bonilla, ganó la elección a la gubernatura de Baja California y declaró válida la constancia de mayoría.
Sin embargo, el organismo detalla que la elección fue validada por un periodo de dos años y no de 5, como Bonilla, aparentemente, y el congreso local deseaba.
El INE presentó ante la Sala Superior del Tribunal Electoral una acción declarativa contra la Ley Bonilla, que amplía el periodo de gubernatura en Baja California de dos a cinco años. Adicional a ello  diversos actores y partidos políticos han hecho suyas tales demandas de inconstitucionalidad.
Por lo pronto, estimado amiga y amigo lector, no dejemos que se enbonille, ya que en el diccionario Bonilla: significa que es algo crecido y va siendo grande. Apoyemos en México, el sufragio efectivo, no reelección, para así, ni Presidentes ni Gobernadores se eternicen en el poder.
Recordemos que la democracia repudia la posibilidad de que una sola persona se abrogue el poder por propio y exclusivo arbitrio.