Que se cuiden los “mapaches”…
La Talacha
Por Francisco Cuéllar Cardona
Ocurrió en noviembre de 1983 en el municipio de Soto la Marina, Tamaulipas, durante las elecciones locales.
El candidato del PRI a la presidencia municipal era Abel Gámez Cantú, curiosamente hoy, alcalde del municipio por el PAN.
El candidato de oposición era Don Pancho Cárdenas González, hermano del ex gobernador Enrique Cárdenas, quien era postulado por el Partido Socialista de los Trabajadores (PST).
Las simpatías las tenía Don Pancho, pero la orden del entonces gobernador Emilio Martínez Manaotou, era que no ganara: “Abel Gámez tiene que ganar a como dé lugar”, dijo entonces el ya fallecido gobernador.
El día de le elección llegó y los mapaches priistas salieron a cometer cualquier tipo de pillerías: robar urnas, rellenar urnas, comprar el voto, alterar actas, regalar despensas; todo lo ilícito ese día estaba permitido.
Un mapache priista, muy conocido entonces, recibió la indicación de operar el fraude en la casilla donde votaría Don Pancho Cárdenas.
El padrón de esa casilla era de 180 votantes, pero al mapache encargado de cometer el fraude en esa casilla se le pasó la mano: durante el computo, Abel Gámez ganó con ¡400 votos!.
Cuando vieron el acta en la Comisión Local Electoral que entonces la controlaba y dependía de la secretaría general de gobierno le reprocharon al mapache sinvergüenza, “se te pasó la mano cabrón; le metiste más de 200 votos de más…si serás pendejo”, le dijeron, pero él solo cumplió órdenes superiores.
La elección fue un cochinero, donde hubo de todo.
Los seguidores de Don Pancho Cárdenas tomaron la presidencia municipal y se anuló ese proceso, nombrándose una Junta de Administración Municipal.
Abel Gámez no ganó, pero tampoco Don Pancho, que era el objetivo final.
El ejemplo de este fraude electoral, como muchos que se registraron burdamente durante el priato, se sigue dando en Tamaulipas y en todo el país, y el relato viene al caso porque este martes el Congreso Federal reformó el Articulo 19 de la Constitución y por mayoría calificada tipificó el Fraude Electoral como un delito grave que requerirá prisión preventiva de oficio a quien cometa pillerías electorales.
Otros delitos como los de corrupción, uso electoral de programas sociales, abuso sexual a menores, robo de gasolinas y feminicidio, también alcanzaron el rango de “graves”.
El tema del Fraude Electoral toma vigencia en Tamaulipas porque estamos en la víspera de un proceso electoral, y las tentaciones de violentar el proceso por parte de partidos, autoridades y particulares, está vigente.
Aunque ya es un delito grave, falta que los 17 Congresos aprueben esta reforma, que no habrá problema alguno porque Morena cuenta con mayoría calificada en 19 Estados del país.
Tamaulipas, por tener proceso en puerta está obligado a aprobarlo, aunque la mayoría de los diputados sean de Acción Nacional.
El asunto que a partir de ahora, sobre todo en los seis Estados donde hay elecciones, entre ellos Tamaulipas, todos, deberán de andarse con mucho cuidado, por que el Fraude Electoral se considera, cuando se usan los programas sociales con fines partidistas.
El reparto de despensas, la compra del voto, el retiro o retención de credenciales para votar, la intimidación y la amenaza, son motivos, previa denuncia, para ser procesado penalmente quien lo cometa.
Cuando Andés Manuel López Obrador andaba en campaña, fue en ciudad Victoria Tamaulipas, donde sentenció que después de julio del 2018, no habría más fraudes electorales, porque se legislaría para ello y así quedó aprobado este martes por el Congreso de la Unión.
Este miércoles el presidente, durante su gira por Monterrey, aplaudió y se congratuló por esta nueva ley, “se acabaron los fraudes y que se cuiden los fraudulentos”, dijo.
Las historias negras del fraude electoral y los mapaches, de aquellos años de las que formó y fue participe Abel Gámez Cantú, hoy alcalde de Soto la Marina, Tamaulipas, seguramente, no volverán.